lunes, 31 de enero de 2011

Cuando Mike empezó a ser Jordan

Unos hacen historia y otros se quedan mirando. Como la vida.

29 de marzo de 1982. Final del torneo universitario. Qudan 30 segundos para que se decida el ganador y la Georgetown de Patrick Ewing gana por un ajustado 62-61. Dean Smith dibuja el tiempo muerto. Sabe que la defensa se va a centrar sobre sus dos estrellas, James Worthy y Sam Perkins, y sospecha que puede ser el novato quien tenga más opciones de quedarse abierto para un último tiro. "Mételo". El tiempo echa a correr y, efectivamente, la zona olvida en su lado débil al novato, el base lo percibe y le hace llegar el balón. Sin pensarlo, se levanta con la lengua fuera y conecta desde 6 metros la canasta que le dará a su entrenador el primer título nacional.

La primera vez que el imberbe Michael Jordan entró en contacto con la Universidad de North Carolina fue en febrero de 1980, su tercer año en el Instituto Laney de Wilmington. Michael Brown, máximo responsable del área de deportes a nivel colegial en el condado llamó a uno de los técnicos asistentes de la universidad, un por entonces joven Roy Williams, para informarle de la existencia de un prodigio. "Es el mejor atleta joven que he visto en mi vida. Tienes que verlo". La universidad mandó a un ojeador, pero las conclusiones fueron modestas: podría ser un buen jugador en la liga universitaria.

Williams fue el encargado de mantener en el radar a ese joven. En verano se ocupó de gestionar su invitación al campus de Dean Smith, un evento al que acudían cerca de 400 niños y en el que su nombre distaba de estar entre los más perseguidos. Haber destacado tarde y una preparación limitada jugaron en su contra, pero sólo le hizo falta una sesión de entrenamientos para reclamar atención. "Acabo de ver al mejor chaval de 1.90 que haya visto jugar nunca", sentenció Roy Williams.

Para cuando terminó la semana, había pasado de ser un semidesconocido a ser el objetivo número 1 de North Carolina, un secreto que quedó expuesto a los ojos del mundillo en el prestigioso Five-Star Camp. El éxito fue inmediato y era difícil saber qué llamaba más la atención. Aunque aún con mucho por pulir, era un jugador rapidísimo, todo explosividad, con un gran salto y, a diferencia de otros jóvenes precozmente desarrollados, con un encomiable control sobre sus movimientos. Algunas universidades le echaron las redes, pero la decisión ya estaba tomada: jugaría con los Tar Heels de Carolina del Norte.

Lo de Jordan con Carolina del Norte no fue un flechazo. No en vano años atrás admirado al eterno rival, North Carolina State, por culpa de David 'The Skywalker' Thompson, otro jugador que al igual que él tenía muy poco aprecio la Ley de la Gravedad. Pero fueron las atenciones que le brindaron los Tar Heels desde el principio lo que le conquistó. Ello sin olvidar el sistema de valores de Dean Smith, muy próximo a una familia tradicional como eran los Jordan y lejos de las promesas de fama y dinero de otros pretendientes. "Cuanto más te sacrifiques por una meta, más significará para ti conseguirla". No habría regalos, ni tratos de favor.

Sports Illustrated. 30-11-1981
Pasado un último año de instituto en el que confirmó todas las expectativas, engrosó ya como un jugador reconocido las filas de Carolina del Norte. Llegaban de haber perdido la final del año anterior contra la Indiana de Isiah Thomas y, a pesar de haber sufrido la pérdida de su estrella, Al Wood, era grandes favoritos al título. Esta baja debaja una vacante libre en el cinco inicial que ocuparía Jordan. Como grandes candidatos, la revista Sports Illustrated solicitó una sesión de fotos del quinteto titular con el entrenador. A petición de Smith, sólo salieron los cuatro titulares que ya estaban el año anterior. "Todavía no has hecho nada como para salir en la portada de una revista. No todavía".

Aunque los galones seguían en el pecho de Worthy y Perkins, pronto se convirtió en un jugador muy a tener en cuenta, un castigo desde la media distancia cuando las defensas se cerraban sobre los dos interiores. El cúlmen llegó en la Final Four cuando, después de batir a una Universidad de Houston en la que ya coincidían Clyde Drexler y un incipiente (y por entonces todavía Akeem) Olajuwon, superaron a Georgetown con ese tiro, el primero de tantos que vendrían después. La primera vez que actuó como Michael Jordan.

Tras un año complicado por la salida de James Worthy y las lesiones, para la temporada 1983-84 Carolina del Norte volvía a lucir sus mejores galas. Brad Daugherty había superado sus problemas físicos y Kenny 'The Jet' Smith se sumaba a la plantilla, quizá incluso mejor que la que había conquistado el campeonato dos años atrás. El final, sin embargo, sería trágico. La debacle llegó de nuevo contra Indiana, aunque ni siquera el escenario era la Final Four. Los Hoosiers, aún entrenados por el legendario Bobby Knight, presentaban un equipo discreto, pero dieron la gran campanada.

Una de las claves del partido fue la defensa sobre Michael Jordan. Knight encomendó la tarea a Dan Dakich, un especialista defensivo que encontró la cima de una carrera muy discreta en este partido. Las instrucciones eran claras: negarle las penetraciones y flotarle con tal de impedir que el balón llegara a la pintura. La estrategia resultó un éxito para Indiana y un fracaso para Michael Jordan, que veía cómo el final de su carrera en Carolina del Norte quedaba empañado.

Meses después, con Knight como seleccionador nacional y Michael Jordan como miembro de la Estados Unidos que habría de ganar el oro en los Juegos Olímpicos de 1984 contra España, el entrenador, tan extraordinario como provocador en el banquillo, bromeaba amenazando al escolta con 'soltarle' a Dakich para que volviera a defenderle. Pero este final gris no impidió que Jordan sintiera un gran orgullo por su universidad y un reverencial respeto por Dean Smith, hasta el punto que durante toda su carrera en la NBA jugó con los pantalones de North Carolina debajo de los de su equipo.

Durante el descanso del partido disputado entre los Charlotte Bobcats (de los que hoy es dueño) y los Toronto Raptors en Carolina del Norte, el Estado indujo en su Salón de la Fama del Deporte a Michael Jordan. Junto a él en la ceremonia, su idolatrado Dean Smith.

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