lunes, 31 de enero de 2011

Los Hornets empiezan picando

'Le digo que no puedo conseguir que Mbenga meta una''
Con demasiada frecuencia los equipos se empeñan en dejar en evidencia cualquiera de nuestros análisis. Por muy juiciosos que los creamos. Algo de eso están haciendo los New Orleans Hornets, que desafiando a cualquier tipo de lógica que impusieran las noticias que tuvieron lugar en verano han protagonizado (junto a Los Angeles Lakers) el mejor arranque de de la temporada… y de su historia.

Aquello de la lógica viene porque estamos ante un equipo que durante el verano cambio de General Manager, cambió de entrenador y hasta casi se queda sin estrella. En los dos primeros casos se apostó por productos jóvenes con Denominación de Origen San Antonio, Dell Demps y Monty Williams. En el segundo el escepticismo de Chris Paul encendió las alarmas y obligó a ponerse el mono de trabajo para convencer al base de que no era un proyecto que hubiera tocado techo.

Se necesitaba valentía para tomar algunas decisiones que permitieran buscar otro camino, y quizá la más importante fue prescindir de un gran jugador de futuro como Darren Collison para apuntalar las alas con Trevor Ariza. No fue la única. Hubo muchas. Casi todas en apariencia de bajos vuelos, pero que han ayudado a construir un equipo y, sobre todo una rotación, a la medida de lo que quería Monty Williams.

Todo ese cuadro de fondo, sumado a una pretemporada decepcionante hacía pensar en un tortuoso inicio de liga regular, con un calendario que les tenía reservados seis partidos contra rivales de play-offs para empezar. Sin embargo no sólo han respondido sino que se han convertido en una de las sensaciones de este comienzo de campaña. ¿Qué les ha llevado hasta aquí?

Seguro que lo que más ha sorprendido a quienes les hayan visto jugar, y más tras lo del año pasado, ha sido la nueva identidad defensiva del equipo. Williams quería un equipo defensivo y atlético, se lo han dado y le está sacando mucho partido, pero es de recibo destacar también la gran actitud que están demostrando los jugadores sobre la cancha.

Es de destacar el hecho de que puedan contar con Chris Paul sano y a pleno rendimiento, algo de lo que no gozaron hace unos meses, y con un Emeka Okafor que está borrando todas las dudas que pudo haber levantado la temporada pasada, pero sin duda el gran cambio están en las alas, donde sólo continúa Marcus Thornton y han llegado Trevor Ariza, Marco Belinelli y Willie Green.

Del primero ya se conocía su categoría defensiva, y de hecho fue el principal aval para su contratación, pero del resto ha sorprendido su gran actividad (y acierto) en defensa. Todos en tensión, muy atentos a los cambios de defensor, midiendo las distancias con el atacante, contestando todos los tiros… sólo así se entiende que sean una de las mejores defensas de lo que llevamos de campeonato: los equipos rivales apenas anotan un 42% de los tiros de campo y menos de un 30% de los triples que intentan.

A esto hay que añadir la colaboración en el rebote, con los exteriores bajando para cerrar y evitar que el rival se haga con su propio rechace. De esta manera se han convertido en uno de los mejores equipos reboteadores, y la cantidad de puntos en segunda oportunidad de los equipos rivales ha caído en picado. Pero esa defensa también empieza en el ataque: los Hornets cuidan mucho su circulación de balón y, como consecuencia, los puntos que reciben en transición son también mucho menores.

Y es que a pesar de su gran trabajo en defensa, parte del éxito del equipo de Monty Williams también descansa en el ataque. Es inevitable cuando tienes al que probablemente sea el mejor base de la competición en las situaciones de pick & roll (canadiense, búsquese otros compañeros).

Sin duda su aliado favorito es David West, un interior con una excelente muñeca que para colmo este año ha empezado a un ritmo escandaloso. Una novedad es que este año además tiene un buen reserva, pues Jason Smith parece haber retomado su carrera profesional con ganas después de tantos problemas físicos y se está destapando como un interior intenso y con muy buena mano en ataque.

Bajo el aro Okafor se entiende cada vez mejor con Paul y, en caso de cerrarse las opciones de los interiores tiene en los flancos a los aleros dispuestos. Ariza ha empezado con una (sorprendente) buena mano y hombres como Thornton y Belinelli son buenos en el movimiento sin balón. Con todo, la principal nota negativa está siendo Bayless, fichado para dar descanso a Paul. Despistado en defensa, perdido en los bloqueos, siempre un paso por detrás de su par y habitual en esa mala costumbre de tomar las decisiones en ataque una vez está en el aire. Hay que tener en cuenta de que fue el último en llegar, apenas unos días antes de que empezara la liga, por lo que es de esperar que arregle esos errores.

No pasa por la cabeza de nadie que sean candidatos a algo serio, pero podrían aprovechar las dudas en esa clase media-alta de la Conferencia Oeste para dar más de un susto a los de arriba.

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